viernes, 16 de septiembre de 2011

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Madre-bebé: Los efectos del cuidado temprano



"Todos somos producto de nuestra historia de desarrollo en el útero materno"  (Pampa Sarkar)                                                                                                                                          
Numerosas son las investigaciones que han entregado evidencia suficiente respecto a cómo el estado psicoemocional de la madre tiene efectos directos en la salud de su bebé en gestación.
A través de la barrera de la placenta penetran y actúan diversas sustancias, una de estas es el cortisol, más conocida como la hormona del estrés la cual se produce en el cerebro de la madre, activando en las capsulas suprarrenales -arriba de los riñones- la secreción de cortisol, el que hace que se libere suficiente glucosa en la sangre como para producir un estado de alerta inmediato en la madre, afectando al bebé. Estados prolongados de tensión en la mamá producen el mismo efecto en su hijo/a, alterándose la salud de éste. Por esto es que todo lo que la madre sienta, piense y coma va a afectar directamente a su primogénito de forma positiva o negativa.

Esta etapa junto a los tres primeros años de vida del niño/a son los más vulnerables, debido a que éste se encuentra en pleno desarrollo, aprendiendo las primeras pautas de comportamiento, y así construyendo un vinculo afectivo, el cual puede ser seguro o inseguro. Dependiendo de la experiencia vincular que el niño/a forme con sus cuidadores en la infancia, será  ésta la que dará pie para generar factores protectores o de riesgo en la salud mental del niño/a. Se ha demostrado que un desarrollo vincular inseguro entre padres y sus hijos/as inciden en la calidad del vinculo que éstos construyan, estando además estrechamente relacionado con trastornos psico-afectivos y el desarrollo en la niñez temprana y adolescencia, afectando la salud mental en la vida adulta. Es por esto que una relación vincular segura madre-bebé afectará no sólo la salud mental del pequeño/a sino además el tipo de relación que éste instaure con sus pares como así la imagen que tenga de sí mismo y de los otros a lo largo de la vida.

Una relación vincular segura será en la que la figura de apego que tenga el bebé (madre y/o padre) esté atento siempre a las señales del niño/a, respete sus demandas (alimento, juego, abrigo y cariño) interactúe con él/ella de forma adecuada y responda de forma oportuna, logrando una comunicación efectiva y clara en la cual ambos se sientan seguros, resultando así que el bebé se sienta protegido y amado, desarrollando confianza en que su figura vincular estará ahí para él/ella cuando éste lo requiera.   

Un buen equilibrio psico-emocional en la madre podrá salvaguardar la salud de su hijo y el vínculo que ésta comience a instaurar desde el momento que se produce la concepción. Como así también detectar factores que podrían poner en riesgo su salud y la de su hijo/a como por ejemplo identificar en el embarazo sentimientos de apatía, irritabilidad constante, cambios anímicos bruscos, estados de confusión respecto a la maternidad y el nuevo rol que deberá enfrentar, desgano y angustia, serían motivos suficientes para consultar a un especialista, el cual tras detectar y evaluar posibles factores de riesgo podrá intervenir tempranamente en la salud mental de la madre gestante y su bebé. De esta manera lograr una mejor calidad de vida.
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Por Mariell Olavarria B.

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